viernes, 13 de julio de 2012

¿Conocen a Miguel Covarrubias? Ya se lo presento yo si no.



En 1926, José Juan Tablada, una de las grandes figuras del modernismo y el periodismo mexicanos publicaba en la revista Social un artículo titulado "El arte criollo en Nueva York", el siguiente texto sobre Miguel Covarrubias:
La aventura del Covarrubias, el Benjamín, parece un cuento de hadas que pudiera comenzar así:
Érase un niño a quien una buena madrina le regaló un lápiz por cuya virtud podía convertir a los simples mortales en ogros, enanos, monstruos contrahechos o habitantes de la Luna y, por añadidura, ganar dinero en cambio de tales maleficios. Al café de México City donde Covarrubias disipaba sus tedios dibujando caricaturas, llegó una noche el Dr. Fausto y le dijo al oído:
—Chico, emigra. En Nueva York te esperan las flappers y la Gloria; los políticos y el ham-and-eggs, las estrellas de Hollywood y el moonshine; el chicle para mascar y el National City Bank.
Covarrubias, como un sonámbulo, echó a andar aquella misma noche y anduvo, bajo el sol y las estrellas, hasta topar con una casa luminosa que decía: Vanity Fair y adonde salió a recibirlo y abrazarlo el propietario Crownishield quien conmovido apenas pudo balbucir:
—¡Cómo has tardado Mike, Miguelito! Hace meses te aguardábamos…Aquí tienes tu mesa, lápiz, papel y mis cheques en blanco, pero ya firmados. “Help yourself Mike!”
Así hay que traducir el clásico: llegó, vio y venció.
En ese magazine Covarrubias se dio a conocer, allí cumplió veinte años hace tres días*; allí descubrió a los negros, rehabilitándolos en la estética, dotándolos de nuevas características, de una dinámica inédita, llena de insospechados ritmos. Y los negros lo recompensaron inspirándole las decoraciones de la Revue Negre que en estos instantes entusiasma a París con el color de sus escenarios y el frenesí de sus danzas.
Pero eso no es todo. El regocijado álbum de caricaturas que acaba de lanzar la casa Knopf bajo el título: El Príncipe de Gales y otros famosos americanos es también obra de Covarrubias. En ese álbum todas son mentiras, de aquellas que según Picasso expresan las verdades artísticas, pero hay una gran verdad, la leyenda de la autocaricatura del dibujante que dice:
¡Asesino!


Pero en 1926, la aventura aún no había empezado. Llevo prácticamente un año escribiendo sobre Miguel Covarrubias, pero hoy por primera vez lo haré aquí, con una breve aunque concisa entrada sobre este señor al que estoy dedicando mi tiempo, y de forma futura, mi trabajo. Hice, aunque con otra intención, un video-resumen (documentalito, lo llamó una amiga, aunque no lo hubiera definido así) sobre su persona, con gran cantidad de imágenes (aunque hube de desechar otras tantas). Porque si una imagen vale más que 1000 palabras, imaginen 15 minutos. Espero que les guste**:



Del porqué de la Banda Sonora, si es que necesita explicación:
- El primer tema es la Marcha de Zacatecas, considerada como una especie de segundo himno nacional mexicano, y en mi opinión, representante de aquel mundo de charrería y porfiriato en el que Miguel nació por los pelos. Más idílico hubiera sido poner alguno de esos grandes valses del porfiriato, pero eran deliciosamente deprimentes.
- El segundo es el trilladísimo de In the mood de Glenn Miller, tan paradigmático (como tópico) de Nueva York del Jazz. Tuve que ponerlo porque no conseguí el tema instrumental de Emperor Jones por Frankie Newton (que era la banda sonora en mi cabeza, y probablemente, la real).
- A cambio, está el tercer tema, el tema principal de Emperor Jones cantado por Connie Boswell, la mediana de las Boswell Sisters (que a mí me gustan bastante), un poco a modo de revindicación: el mundo del Jazz no solo fue negro, y las blancas también lo cantaban excelentemente .
- El cuarto tema es la archiconocida Rhapsody in blue de George Gerswhin, que coloco no únicamente por ser un conocido y perfecto paradigma de la música negra llevada a lo sinfónico, o porque Al Hirschfeld (amigo, compañero de estudio, discípulo en esencia de Covarrubias) la rediseñara en una elocuente sinfonía metropolitana para Disney, sino porque es el propio título de algunas de las ilustraciones que verán mientras la escuchan.
- El quinto tema es una de las tantas versiones de Frankie & Johnny, una de esas grandes murder ballads de la historia, en ese caso interpretada por Guy Lombardo.
- El sexto es el tópico idílico de La Adelita. Pero cantada por Nat King Cole, que para algo estaba en Nueva York.
- El séptimo es mi favorito y una verdadera joya: Planting Rice es una canción tradicional de plantación, que Katy de la Cruz, la gran estrella del vodevil filipino (que allí es bodabil), versionó en inglés (con parte en tagalo original) a finales de los 20 o principios de los 30.
- El octavo es una composición para piano de Colin McPhee (otro de los grandes artistas que fue a Bali), una reinterpretación de la música balinesa de gamelán, interpretada por su compañero (al menos de piso), el todavía más famoso Benjamin Britten.
- El noveno es la famosa Sandunga (Zandunga, en esta de Juan Arvizu), canción bien conocida y típica de ¿adivinan dónde? Del istmo de Tehuantepec
- El décimo es la Sinfonía India de Carlos Chávez, que además del más conocido compositor indigenista mexicano, fue el jefe (y buen amigo) de Covarrubias cuando trabajó para el departamento de danza.
-Y como no, el undécimo y de cierre es el ineludible México Lindo y Querido, idílico para un patriotismo reencontrado y sentimental.


Todas las canciones y grabaciones, excepto la grabación de la Marcha de Zacatecas, son "de época", quería un poco de verosimilutd en esto. El conjunto es paradójico: jazz de blancos, música balinesa de neoyorkinos, el epítome del corrido cantado por un negro, y una canción medio en tagalo cantada por una filipina que actuaba en el Chinatown de San Francisco. ¿No era también Miguel un poco de todas partes?

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*Se equivoca Tablada pues Covarrubias cumplió 20 años en 1924, sin que el artículo pueda haber sido escrito en esa fecha pues aún no había diseñado los escenarios de la Revue Negre.
**Y desgraciadamente, con esto les doy mi nombre y apellidos, así que supongo que las cosas se han puesto serias.

2 comentarios:

  1. Extraordinaria entrada, magnífico asimismo el video. Por todo ello, me atrevo a pedirte dos cosas: permiso para poner un enlace de tu entrada en mi blog (ya sabes que le dedico cierto espacio a ilustradores) y permiso para incluir la información que das sobre la Sandunga (por supuesto,citando la fuente) en una entrada que estoy preparando sobre la música de la película "El último cuplé". Espero tu respuesta y de nuevo, enhorabuena.

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    1. ¡Por supuesto que puede usted! Si necesita cualquier información más solo tiene que pedirla (¿sabe si esto tiene algún tipo de correo interno?), porque bueno, esto es un resumen brevísimo de algo en lo he trabajado meses y meses (no en el video que me lo hice en 3 o 4 tardes). Si de la Sandunga no digo apenas na! Tiene mucha más información por internet, de hecho se supone que es una canción española (andaluza, he leído yo) que pasaría en algún momento a Tehuantepec y ahí se hizo famosa y una especie de himno de la región. Después la canción volvió a España en forma de versiones, por ejemplo una de Lilian de Celis que a mí me hace bastante gracia por como cambia la letra (y que está más acorde con su blog), o del propio Raphael (MUY en su estilo, pero no por ello peor).

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